viernes, 16 de noviembre de 2007

POESÏA Y FUTBOL: IDENTIDAD CHILENA







TRIUNFOS REALES VERSUS TRIUNFOS MORALES
Poesía Fútbol e Identidad

En fútbol estamos acostumbrados a los triunfos morales y nos sentimos exitosos cuando logramos perder cuatro a uno en un Mundial porque ello ha significado quedar al menos seleccionados. Cosa que ni siquiera está ocurriendo en estos días cuando la Selección Juvenil pierde por goleada y la Selección Nacional juega tan mal que uno se pregunta si eso es fútbol realmente. La verdad es que no tenemos la cultura futbolística ni las condiciones físicas que tienen los atléticos brasileros o los alemanes. Es como pretender que en alguna olimpiada ganemos la medalla de oro en el salto con garrocha. En fútbol nó, pero sí somos campeones mundiales en poesía. Como ningún otro país de Latinoamérica, nuestro país ha logrado dos Premios Nobel de poesía, Gabriela Mistral y Pablo Neruda, a los que se suman dos grandes poetas que nos han dado la satisfacción real de haber sido los creadores de movimientos literarios que han influido en la evolución de las letras mundiales: Nicanor Parra, fundador de la Antipoesía y Vicente Huidobro, padre del Creacionismo.
En fútbol nó, pero sí en poesía tenemos las condiciones para destacarnos y sobresalir en el mundo entero. Alonso de Ercilla y Zuñiga cuando escribió La Araucana creó el precedente para que nuestro pueblo fuera un pueblo de poetas insignes. Conocimos nuestra historia a través de metáforas y figuras retóricas. En esto nos parecemos a los Atenienses para quienes era lectura obligada en su formación democrática las obras de Homero. Más tarde el paso de Rubén Darío por Chile y su inserción en la alta sociedad chilena donde se destacó su relación con el hijo poeta del Presidente Balmaceda, fueron experiencias que nos fueron formando una identidad en la que poesía es parte de nuestra esencia
Así como en Brasil los niños crecen queriendo seguir los pasos de Pelé porque se asocia su nombre a triunfo, éxito, dinero. Del mismo modo nuestros niños crecen queriendo imitar a Gabriela Mistral y a Pablo Neruda porque sus nombres se asocian a éxito real y a admiración internacional. Mantener esta esencia de la tradición chilena es una necesidad imperiosa hoy día cuando la poesía puede contribuir a generar espacios que van asociado a lo mejor del ser humano. Mucho se ha hablado de que el fútbol constituye una catarsis en el sentido de liberación de las emociones como lo entendió Platón. La verdad es que esto ha sido refutado científicamente con los experimentos llevados a cabo por el psicólogo social Elliot Aronson que ha medido el grado de agresividad de las personas antes y después de una competencia deportiva. Basta ver las barras bravas y otros fenómenos que hablan más de histeria colectiva, más que de mente y cuerpo sano e incluso se podría hablar de lo fascistoide que resulta el chovinismo “por la Roja de Todos ”, del que gana el sueldo mínimo y el que gana millones al mes, el que torturó y el que fue torturado. Esto es más alineación que deporte y también un fenómeno ideológico cuando las trasnacionales como la Coca Cola aparecen en la publicidad diciendo auspiciadores oficiales de la selección chilena. Debe ser obvio que deben repetir el mismo mensaje en todos los países.
En cambio, la poesía tiene realmente un papel de darnos identidad y también es un elemento de sanación al ser la descarga de las emociones y sentimientos más profundos del alma: los relacionados con las experiencias de soledad, con el amor, con las epopeyas y con la imaginación. La poesía es un soñar despierto a través del lenguaje y todos sabemos lo aconsejable que es para la salud del espíritu del cuerpo. Incluso hay terapias o curas de sueño, pero todavía no se conoce ninguna cura de fútbol.
En Chile hay mentes lúcidas en el campo de la cultura que están trabajando decididadente y, las más veces a contrapelo, por hacer que los chilenos vivan la cultura, recuperen su alma entregada al consumismo y sigamos siendo campeones mundiales en poesía. Esto en un clima en que tantos otros son los que enfrentan esta quijotesca tarea. Desgraciadamente, y como ha solido ocurrir en la historia de nuestro país, son los mandos medios que movidos por afanes partidistas o mezquindades típicas de la mediocridad, sabotean los esfuerzos de quienes honestamente trabajan por una sociedad más culta y sana . Resulta paradigmático de este fenómeno de la mediocridad, la denuncia realizada hace ya un par de años por el Premio Nacional de Literatura, Miguel Arteche y que sirvió para remecer la autocomplacencia y el sectarismo. Hermosa lección la que nos dio este escritor en la tarea de seguir siendo los primeros del mundo...en poesía.

Osvaldo Ulloa. Docente universitario y poeta.

No hay comentarios: